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Querciabella seguirá siendo propiedad de la familia

El productor toscano de vinos Querciabella ha anunciado cambios clave en su cúpula directiva, ya que la hija del fundador, Mita Castiglioni, toma el relevo de su hermano en la propiedad de la empresa.

Mita Castiglioni, que se hará cargo de la propiedad, es la hija mayor del fundador de la bodega, Guiseppe Castiglioni (Pepito). Este empresario industrial, amante del vino de toda la vida, fundó la pequeña finca de Ruffoli, con vistas a Greve in Chianti, en 1974.

Su hermano Sebastiano asumió el liderazgo a finales de la década de 1990, cuando Pepito se jubiló (falleció en 2003), y encabezó la conversión de la finca a la producción ecológica, introduciendo posteriormente prácticas biodinámicas y biodinámicas veganas (utilizando únicamente cultivos de cobertura y compost de material vegetal) e impulsando sus esfuerzos de sostenibilidad.

Sin embargo, Sebastiano se ha retirado para dedicarse a su otra pasión, su negocio de venta de arte, y su hermana ha tomado el relevo.

Capacidad de liderazgo

El traslado mantendrá la propiedad -que comprende 74 hectáreas de viñedos en el Chianti Classico y otras 32 hectáreas en la Maremma- en manos de la familia, aprovechando la capacidad empresarial y de liderazgo de Mita y su experiencia en los consejos de administración de varias empresas.

Sus dos hijos, Andrea y Selene, también desempeñarán un papel en el futuro de la bodega. Andrea se trasladará desde Oregón, donde dirige una granja.

Mita dividirá su tiempo entre su actual base en México e Italia, y el actual Consejero Delegado, Roberto Lasorte, seguirá supervisando diariamente la gestión de la empresa.

Avanzar en la visión

El acuerdo familiar permitirá al nuevo equipo "mantener y hacer avanzar la visión de Querciabella de un mundo en el que la producción de vino encarna el respeto por el medio ambiente, fomenta la inclusión social y promueve el desarrollo económico equitativo", según un comunicado de la empresa.

"Hace medio siglo, tuve la suerte de ver a mi padre, Giuseppe Castiglioni (Pepito), hacer realidad su sueño con la creación de Querciabella. Hoy todavía podemos ver cómo su inquebrantable dedicación y amor por su trabajo construyeron una empresa basada en la profunda creencia de crear valor para todos: nuestros clientes, empleados, la comunidad y el medio ambiente", dijo Castiglioni.

"Junto con mi hijo y mi hija, volcaremos en nuestro trabajo la misma pasión que puso mi padre antes que nosotros, asegurándonos de que Querciabella siga siendo un faro de integridad y sostenibilidad en el mundo del vino. Esperamos tener un impacto positivo en este mundo y en todas las personas a las que llega nuestro vino."

La finca produce tanto vinos blancos, entre ellos "el primer blanco supertoscano" Batàr (una mezcla de Chardonnay y Pinot Bianco), como tintos, entre ellos las mezclas Mongrana (con predominio de Sangiovese, Cabernet Sauvignon y Merlot), Turpino (Cabernet Franc, Syrah y Merlot), así como los epónimos Chianti Classico y Chianti Classico Riserva.

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