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Planeta lanza la primera botella de vino siciliano de la historia

El productor de vino siciliano Planeta lleva una década luchando por llevar la producción de botellas de vidrio a la isla italiana. Ahora que por fin ha llegado, Sarah Neish habla con Alessio Planeta, Director General, sobre el ahorro de carbono y dinero que supone para los vinicultores.

Alessio Planeta se encuentra en su elemento agitando una copa de vino en los jardines Kew de Londres en un acto celebrado ayer para celebrar la presentación de una nueva imagen "botánica" para la marca La Segreta de la empresa siciliana.

Junto a las bonitas etiquetas de vino de inspiración floral, la añada 2023 de los vinos blancos ecológicos de La Segreta -un 100% Grillo y una mezcla de Bianco- se presenta por primera vez en una botella de vidrio fabricada en la isla de Sicilia.

Puede que no parezca el más grande de los acuerdos, pero se pasaron innumerables obstáculos para ser pioneros en algo que nunca antes se había hecho en la isla, y está dando sus frutos.

Las nuevas botellas de fabricación siciliana se fabrican con un 80% de vidrio reciclado, procedente de toda la isla, y un 20% de vidrio nuevo para garantizar que la botella tenga la estabilidad adecuada.

"La gente no asocia exactamente Sicilia con el reciclaje", explica a db Alessio Planeta, CEO y director técnico de la empresa vinícola. "Pero el proyecto es genial para combatir la basura de las calles. Empezamos recogiendo vidrio reciclado en unos pocos pueblos selectos, y luego nos fuimos extendiendo por toda la isla."

La empresa italiana Sarco Srl se encarga de recoger los residuos de vidrio para reciclarlos, y el sistema ofrece una economía de circuito cerrado: la materia prima es de origen siciliano, las botellas se producen en Sicilia, se venden después a productores de la isla, donde se rellenan con vino siciliano.

Montaña que escalar

La idea ha tardado más de diez años en ver la luz, en parte porque ha llevado tiempo "conseguir que los productores sicilianos lo entendieran y estuvieran de acuerdo", explica Penny Murray, responsable de exportación de Planeta. Y en parte porque resultó casi imposible encontrar una empresa vidriera que aceptara fabricar las botellas en Sicilia, en lugar de en su propio país de origen.

Luego estaba el nada desdeñable problema del pedido mínimo necesario para que una empresa de vidrio aceptara la propuesta: "600.000 botellas de una vez, y exactamente del mismo tipo", explica Murray al negocio de las bebidas.

OI-Glass, un fabricante estadounidense con una filial europea en Suiza, fue la empresa que dio un paso al frente y aceptó abrir un nuevo centro de producción en Sicilia a mediados de 2023, donde empezó a fabricar botellas de "estilo borgoñón" "con un mapa de Sicilia impreso en la base", explica Murray, antes de precisar que la siguiente oleada de botellas será más bien de "estilo bordelés".

Las botellas de los vinos blancos son de vidrio verde y actualmente sólo pesan 410 g.

Aunque la idea de una botella de vino fabricada en Sicilia comenzó como un debate conjunto entre Planeta (que produce unos 2,5 millones de botellas de vino al año) y el también productor Tasca d'almerita (que elabora aún más vino, unos 3,5 millones de botellas anuales), desde entonces unas 20 bodegas sicilianas más se han apuntado a abastecerse de sus botellas a través de la nueva operación.

Para La Segreta, 2023 es la primera añada que se envasa en las nuevas botellas artesanales y estos vinos se están filtrando ya a los mercados.

Además, O-I está actualmente "trabajando en la transformación de su maquinaria para poder fabricar los tapones de rosca para las botellas", afirma Murray.

El cambio ha demostrado ser una decisión comercial inteligente, además de sostenible.

Antes, Planeta compraba sus botellas de vidrio en el norte de Italia o en Francia, lo que conllevaba unos costes de transporte considerables y una huella de carbono asociada. Fabricar las botellas en la nueva planta "ahorra más de 1.400 km de transporte en camión, de Marsala a Menfi y no al norte de Italia", afirma Murray.

Como señala Alesssio Planeta, "alrededor del 40% de nuestra huella de carbono era antes vidrio".

El cambio supondrá una reducción de 4.056 toneladas de carbono al año en todas las empresas asociadas a SOStain que utilizan la botella. Y aunque Alessio Planeta afirma que el ahorro financiero que ha conseguido desde el cambio "no ha sido mucho", la enorme reducción de los costes de transporte sin duda ha ayudado a su cuenta de resultados.

Explica que ahorrar dinero no fue su principal motivación, sino limitar el daño causado al planeta, para que sus viñedos biodiversos puedan prosperar durante generaciones.

 

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