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Vino naranja: ¿tendencia hipster o fenómeno global?

El vino de naranja podría ser la clave para seducir a una nueva generación de consumidores de vino. Por este motivo, los Global Wine Masters se complacen en presentar su primer concurso dedicado a los vinos de naranja, en el que se aceptan candidaturas hasta el 28 de junio.

El consumo de alcohol está disminuyendo, especialmente entre las generaciones más jóvenes, y el vino no es una excepción. Pero los bebedores de la Generación Z parecen dispuestos a explorar y descubrir nuevos vinos en lugar de ceñirse a su favorito, lo que abre la puerta a vinos fuera de los caminos trillados que podrían haberse quedado atrás, como los vinos de naranja. ¿Podría ser esta categoría la que ayude a salvar la industria?

El vino de naranja no es nada nuevo; en todo caso, es una auténtica historia de éxito que comenzó hace unos 5.000 años. Desde la fermentación en ánforas qvevri en Georgia hace miles de años, hasta convertirse en un imprescindible en las estanterías de cualquier vinoteca del este de Londres, el vino de naranja parece haberse reinventado a sí mismo, y su popularidad sigue aumentando, hasta el punto de que ya no es solo una moda hipster.

Hay mucha educación e historia en torno a esta categoría y puede despertar la curiosidad de los aficionados al vino.

Por ejemplo, el vino naranja no tiene nada que ver con la fruta: el color procede de una antigua técnica de vinificación que consiste en dejar macerar las uvas blancas sobre sus hollejos durante un tiempo prolongado (de ahí el término "contacto con la piel" que se utiliza a menudo para describir los vinos) antes de prensarlas, algo reservado normalmente a la producción de vino tinto.

El contacto con la piel confiere al vino resultante aromas característicos, como manzana magullada o albaricoque seco, y una textura más densa que la de los blancos tradicionales, con cierta estructura tánica pero conservando una acidez elevada.

Georgia no es el único productor de vino naranja: en la década de 1990, el noreste de Italia, con productores históricos como Gravner o Radikon, desarrolló también una reputación de vinos naranjas, y ahora se puede decir que el vino ámbar ha conquistado el mundo y se produce en infinidad de países y estilos.

Esta singular pero diversa categoría de vinos merece un concurso por sí sola, y por eso los Global Wine Masters se complacen en lanzar este verano el primer concurso Global Orange Wine Masters.

Como siempre, cada vino será catado a ciegas por un jurado de expertos compuesto por Masters of Wine, Master Sommeliers y compradores senior. Las inscripciones están abiertas durante otras cinco semanas, para cualquier vino de contacto con la piel, naranja o ámbar de cualquier parte del mundo. Los resultados se publicarán en el número de julio de la revista de bebidas y en Internet.

Las inscripciones cuestan 159 £ sin IVA
Para más información: sophie@thedrinksbusiness.com

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