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Cómo la destilería Samai convierte a los camboyanos en bebedores de ron

Samai, la primera destilería camboyana de ron, fue pionera en la elaboración de aguardiente de caña en el reino del aguardiente de arroz. Su cofundador, Daniel Pacheco, cuenta a Dan Q Dao cómo los cócteles, los concursos y los pimientos de Kampot conquistaron a los bebedores locales.

Cómo la destilería Samai convierte a los camboyanos en bebedores de ron

Cuando Daniel Pacheco se trasladó a Camboya hace 14 años, todavía era difícil encontrar buen ron. Originario de Venezuela, país amante del ron, Pacheco recuerda su nostalgia por el sabor de un aguardiente de caña de calidad.

"Por aquel entonces, era imposible encontrar rones importados", dice Pacheco. "Así que cada vez que caía en nuestras manos una buena botella, siempre nos sentábamos, la disfrutábamos juntos y hablábamos de casa".

Pacheco, que entonces trabajaba en el sector de la energía solar rural, cuenta que se topó con la caña de azúcar, cultivada principalmente para la industria azucarera, mientras visitaba pequeñas aldeas en el campo camboyano. A pesar de la abundancia de caña, se dio cuenta de que los camboyanos sólo fabricaban aguardiente de arroz.

En colaboración con Antonio López, amigo de la escuela secundaria y cofundador de la empresa, Pacheco fundó la destilería Samai, cuyo nombre significa "moderno" o "con visión de futuro". Para crear el ron a base de melaza, contrataron a Moang Darachampich, que sigue siendo el maestro destilador y director de producción de Samai una década después.

De izquierda a derecha: Antonio López, Moang Darachampich, Daniel Pacheco

"Escribimos una descripción del puesto buscando 'un maestro destilador con 10 años de experiencia'", dice. "Recibimos una solicitud, y era buena. Tenía un máster en ingeniería química, estaba especializada en fabricación de alimentos y había hecho su tesis sobre fermentación. Trajimos a expertos en ron para que le enseñaran lo básico, pero a partir de ahí despegó".

Con un equipo preparado, Pacheco se dedicó a convertir a los camboyanos a un ron creado a imagen y semejanza del venezolano. Al principio resultó difícil. Para atraer a los consumidores, el equipo de Samai abrió primero la destilería como un bar de ron que servía cócteles, incluso antes de que su propio ron estuviera listo. Aun así, el público de entonces era sobre todo occidental.

"Aquí hay una gran tradición de whisky y cerveza. Al principio, todo eran expatriados y algunos turistas", dice Pacheco. "Nos costó mucho que los camboyanos vinieran y quisieran probarlo. De hecho, tuvimos reacciones muy negativas cuando le dijimos a alguno de nuestros amigos locales que estábamos haciendo ron camboyano".

No fue hasta que la destilería atrajo la atención internacional que los consumidores camboyanos sintieron más curiosidad. Lanzado en 2014, el emblemático ron Samai Gold de la destilería, un añejo aromatizado con miel silvestre local, ha sido aclamado en concursos internacionales.

"Empezamos a enviar nuestros rones a grandes concursos en Londres, San Francisco y Madrid; sorprendentemente, acabamos ganando en casi todos ellos", afirma. "Creo que la clave fue conseguir que los productos camboyanos fueran reconocidos internacionalmente. Una vez conseguido, la gente empezó a venir a probar el ron, a ver la destilería y a informarse sobre lo que hacemos. Este cambio se produjo muy rápido, en pocos años".

Cómo la destilería Samai convierte a los camboyanos en bebedores de ron

Pero no se trataba sólo de satisfacer una mirada internacional, dice Pacheco. El segundo lanzamiento de Samai es el ron Kampot Pepper, elaborado con una famosa variedad de pimienta roja dulce cultivada en Camboya. Técnicamente un ron especiado, el producto se ha convertido en un favorito de culto tanto entre los expatriados como entre la población local.

"Probamos muchos ingredientes camboyanos diferentes", dice Pacheco. "Pero en cuanto probamos la primera gota de ron destilado con la pimienta de kampot, todo el mundo se enamoró de él. Es lo que llama la atención de la gente, porque no hay nada igual en el mercado".

En la actualidad, Samai exporta un 30% de su producción a Francia, Singapur, España y Polonia, su mercado de más rápido crecimiento. El 70% restante se vende en el país, y ahora se puede encontrar en los mejores hoteles y bares de cócteles de Camboya, como el Sora Bar del Rosewood Phnom Penh.

En cuanto al bar de ron de Samai, Pacheco dice que siguen abriendo para tomar cócteles los jueves y los sábados, además de celebrar eventos con regularidad, algunos de ellos con música en directo. La carta de cócteles incluye los favoritos de toda la vida, como el Cuba Libre y el Negroni, además de ofertas especiales y pedidos secretos.

"Pasamos de un 90% de expatriados y un 10% de camboyanos que pasaban por el bar a todo lo contrario: el hecho de que ahora sea un 90% camboyano, creo que fue algo que nos llenó de orgullo".

Más allá de convencer a los camboyanos de que se limiten a beber ron, Pacheco dice estar orgulloso de haber contribuido a crear un producto que hace que los camboyanos se sientan verdaderamente orgullosos de su país y de la alta calidad de sus materias primas. Revela que el equipo descubrió hace poco la identidad de un "comprador secreto" que compraba en grandes cantidades.

"Resulta que el comprador era un alto cargo del Gobierno", explica. "Cuando nos enteramos de que la servía a dignatarios extranjeros y otras personas que visitaban Camboya, nos pusimos en contacto y creamos una etiqueta y un embotellado especiales. No es algo que nos propusiéramos hacer, ni siquiera pensáramos en ello, pero saber que incluso gente del Gobierno utilizaba Samai para representar la calidad camboyana fue increíble".

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