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Los principales productores franceses quieren que el Gobierno lo haga

El sector de las bebidas pregunta a algunos de los productores de vinos finos del país cómo podría el Gobierno francés servir mejor a la gama alta de la industria vitivinícola. Esto es lo que dijeron...

En febrero, las portadas de los periódicos se llenaron con la noticia de que el Gobierno francés había acordado destinar 230 millones de euros a ayudar a los viticultores a hacer frente al exceso de oferta de vino, así como a arrancar viñas. Cuatro meses después, db pregunta a algunos de los principales productores del país en qué más podría ayudarles París.

"Yo diría que bajar los impuestos, lo que mejoraría los costes de producción y exportación", afirma Eric Aracil, codirector responsable de exportaciones del Conseil Interprofessionnel des Vins du Roussillon (CIVR).

Valérie Vincent, responsable de marketing del grupo vitivinícola artesanal Rhonéa, considera que "la racionalización de la normativa de exportación y la negociación de acuerdos comerciales favorables" deberían ser prioritarias en 2024.

También subraya la importancia de que los vinicultores tengan libertad para ser creativos. "Permitir más flexibilidad para innovar manteniendo los estándares de calidad también debería ser una medida importante", afirma; "por ejemplo, permitiendo el uso de nuevas variedades de uva resistentes al clima, o permitiendo que más denominaciones de origen produzcan vino blanco".

Para otros, la forma en que se permite a los productores de vino hacer publicidad de sus productos es algo que debe cambiar radicalmente.

"Tenemos que permitir que las bodegas se anuncien en Francia", afirma Phillippe Marion, de Barton & Guestier. "La Loi Evin [ley francesa sobre política de alcohol y tabaco aprobada en 1991] está anticuada y no es realmente eficaz. Impide que las grandes marcas de vino francesas se globalicen".

Algunos productores de vinos finos, como Vincent, también creen que el Gobierno podría ir más lejos en la promoción de la cultura vinícola francesa en el mundo. Sugiere una serie de "campañas de marketing específicas para aumentar el prestigio y el reconocimiento de los vinos franceses de gama alta en el extranjero".

Muchos desean que se hable menos del precio del vino francés y más de la riqueza de los terruños del país, de la artesanía de sus viticultores y, en algunas regiones, de su gestión medioambiental a través de prácticas sostenibles y ecológicas. En el número de julio de 2o24 de db, nos preguntamos si el sector está demasiado preocupado por el precio y nos adentramos en algunas de las regiones francesas más prometedoras para el vino de calidad este año.

Por último, está la siempre delicada cuestión de la diplomacia internacional. Laurent Bonfils, presidente del productor de Languedoc-Rosellón Domaine Bonfils, dice irónicamente a db que el Gobierno debería "cuidar sus relaciones geopolíticas...". Un guiño, quizás, a los rumores de que China podría tener en el punto de mira las exportaciones de vino de la Unión Europea tras las investigaciones antisubvenciones de la UE a empresas chinas.

 

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