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¿Beber en los aviones favorece o dificulta el sueño?

Aunque a muchos de nosotros nos apetece disfrutar de una copa de algo antes de dormitar en un vuelo largo, la combinación de alcohol y altitud podría afectar negativamente al sueño, según una nueva investigación.

El estudio, publicado en la revista de medicina respiratoria Thorax, es obra de la Dra. Eva-Maria Elmenhorst, del Instituto de Medicina Aeroespacial de Colonia.

Dos grupos (con un total de 48 personas) de individuos sanos pasaron dos noches en un laboratorio del sueño situado justo por encima del nivel del mar o en una cámara de altitud que simulaba las condiciones hipobáricas (bajo nivel de oxígeno) a 2.438 metros sobre el nivel del mar, y ambos consumieron alcohol antes de una de las noches para alcanzar una concentración de alcohol en sangre (BAC) del 0,06%.

"El alcohol actúa como un potente somnógeno que provoca una reducción de la latencia de inicio del sueño y de la duración del sueño de movimientos oculares rápidos (MOR), y puede dar lugar a alteraciones cognitivas, dificultades de concentración y trastornos de la memoria. La vasodilatación sistémica inducida por el alcohol aumenta la frecuencia cardiaca durante el sueño", escribió Elmenhorst. "La hipoxia hipobárica provoca un acortamiento de la duración del sueño N3 y REM y una disminución de la SpO2 durante el sueño, al tiempo que aumenta la frecuencia cardíaca. Nuestra hipótesis era que la combinación de alcohol y condiciones hipobáricas exacerbaría los cambios en el sueño observados en condiciones de exposición única."

Los resultados revelaron que beber en altitud hacía que los participantes, por lo demás sanos, experimentaran "desaturaciones clínicamente relevantes" de Oxígeno y "aceleraciones de la frecuencia cardiaca" mientras dormían.

Problemas de clase

Elmenhorst también observó que la experiencia a bordo, y por tanto la respuesta de los pasajeros al alcohol, varía, y que quienes se gastan un billete de primera clase o de clase preferente corren más riesgo de tener una mala borrachera.

"Se ha informado de que dormir sentado perjudica la eficiencia del sueño y la duración de la fase REM. Siguiendo la idea de que la hipoxia hipobárica se agrava con el sueño, los pasajeros que viajan en clase turista podrían verse afectados en menor medida por la exposición al alcohol y las condiciones hipobáricas. El libre acceso de los pasajeros de las clases primera y business a las bebidas alcohólicas podría aumentar el riesgo".

"Nuestros hallazgos respaldan las recomendaciones de la Declaración Clínica sobre Viajes Aéreos de la BTS [Sociedad Torácica Británica] de evitar el alcohol en las 12 horas previas y durante el viaje en avión cuando se padece el síndrome de apnea obstructiva del sueño o el síndrome de hipoventilación por obesidad", concluyó.

A pesar de este consejo, muchas aerolíneas están trabajando para mejorar su oferta de bebidas, y Air France ha nombrado recientemente a un nuevo sumiller jefe. Para aquellos de nosotros que no podemos dormir en los aviones, las conclusiones del estudio pueden no afectar a nuestra decisión de disfrutar de algo del carrito: dado que la altitud entorpece nuestras papilas gustativas, es difícil encontrar una bebida que realmente mejore en el aire, pero hay una...

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