Master Winemakers Top 100: Maurizio Maurizi

Maurizio Maurizi, enólogo de Mezzacorona, figura como uno de nuestros mejores enólogos en la guía Master Winemaker 100 de este año. Habla con db de la experiencia de su padre, de soñar con la playa y de ver sus vinos por todo el mundo.

Maurizio Maurizi representa a una nueva generación de innovadores del vino italiano. Nacido en 1983 en el seno de una familia de viticultores de la región de Las Marcas, estudió Viticultura y Enología en la Universidad de Florencia. La carrera de Maurizi comenzó en una bodega cooperativa de su ciudad natal, Ascoli Piceno, pero en 2006 se incorporó al grupo Mezzacorona como asistente agrónomo, lo que le llevó a trabajar regularmente en Sicilia y Trentino. Miembro de la Asociación Italiana de Sumilleres, Maurizi participa regularmente como jurado en concursos internacionales de vino.

Describa su enfoque de elaboración de vinos en no más de tres palabras.

Curiosidad. Compartir. Alegría.

¿Cuál es tu parte favorita del trabajo?

Me encanta cuando viajo por el mundo y veo mis vinos en los lugares más impensables, sabiendo que en esas botellas está el trabajo de muchos agricultores de un pequeño pueblo de las montañas del norte de Italia. Otro momento que me gusta mucho es el de la fiesta al final de la vendimia, cuando veo las miradas de felicidad de todos los agricultores y trabajadores.

¿Qué aspecto del trabajo te mantiene despierto por la noche?

Me ocurre en plena vendimia, cuando sé que probablemente vendrán días de lluvia y no podemos cometer errores en la organización. Es fundamental no agobiarse y conseguir mantener un alto nivel de trabajo.

¿Cuál es tu bebida favorita al final de un largo día?

¡Seguramente un Negroni, con poco vermut y más ginebra!

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado?

No tener prisa. Nadie debe tener prisa: ni el agricultor que vendimia, ni el bodeguero que realiza el trabajo, ni el enólogo que madura el vino, ni el vendedor que lo vende. El vino está vivo y necesita su tiempo.

¿Cuál fue tu mayor error en la elaboración del vino?

Una vez, en la cena, mezclé agua y vino.

¿Cuál es la lección más importante de la elaboración del vino que has aprendido hasta ahora?

El vino es un oficio, no un trabajo. Intervienen muchas manos y todos aportan su contribución. No hay protagonistas absolutos.

¿Qué figura ajena al mundo del vino te inspira?

Mi padre, de 80 años, que poda mejor que un profesor de viticultura y, sin ningún curso de enología, hace vino en casa incluso mejor que yo.

¿Dónde estaría tu viñedo de fantasía?

En el trópico, preferiblemente no muy lejos de la playa y la vida nocturna.

Si no fueras enólogo, ¿a qué te dedicarías y por qué?

Me gustan mucho las matemáticas. Probablemente sería investigador, encerrado en algún oscuro despacho. Pero echaría demasiado de menos el campo, así que quizá estaría en paro o sería un apasionado agricultor.

¿Cuál es el maridaje más memorable que has tenido con uno de tus vinos?

De niño trabajaba en el campo con mis padres. Durante la pausa para comer en el campo, mi madre me permitió beber vino blanco por primera vez, con un melocotón. Era vino casero. Aquel fue el mejor maridaje de mi vida: no sólo comida y vino, sino también amor y gratitud.

¿Qué papel tiene que jugar la sostenibilidad en un vino Master-winner?

Creo que ya debería ser tan obvio que ni siquiera deberíamos hablar de ello. En lugar de hablar mucho de ello, todos los habitantes de nuestro mundo deberían dedicarse realmente a cuestiones prácticas, y no sólo por publicidad o apariencia.

¿Qué tipo de vino bebes con más frecuencia?

Siempre bebo vinos diferentes, incluso los raros, si es que este término aún existe en el mundo del vino. Sin embargo, me gusta especialmente el Pinot Grigio del Trentino. En mi opinión, es la auténtica expresión de ese territorio y de la sonrisa de la gente que vive en esos valles.

Tu casa está en llamas: ¿qué botella guardas?

Yo pensaría primero en ahorrar todo lo demás. Puede que no sea muy romántico, pero una botella de vino no deja de ser un kilo de uvas.