"Convivencia y generosidad" de la guía provenzal Maison Saint Aix

Eric Kurver, propietario y enólogo de la Maison Saint Aix, explica cómo el modo de vida provenzal le llevó a elaborar una cuvée única y emblemática.

"En el corazón de la Provenza, el tiempo parece detenerse", explica Eric Kurver, propietario y enólogo de la Maison Saint Aix. Para él, la región se define por su sol casi perpetuo (300 días al año), que fomenta las conexiones tanto con la naturaleza como con la comunidad. Un paisaje y un clima idílicos que, en opinión de Kurver, propician la convivencia.

"Durante el día, se puede pasear por las laberínticas calles de Aix-en-Provence, admirar las fuentes y disfrutar del sol. Pero, al caer la tarde, la ciudad se despierta con bulliciosos bares de vinos, animadas callejuelas llenas de estudiantes, plazas repletas de restaurantes y las melodías de la música callejera", explica el enólogo.

No es de extrañar, por tanto, que la Provenza sea un punto de atracción tanto para el turismo como para el vino: sus cautivadores paisajes y su vibrante estilo de vida la han convertido en una de las regiones más visitadas de Francia. Además de los encantos del Mediterráneo azul y los campos de lavanda, Kurver cree que la "alegría de vivir" de la región atrae a los visitantes. ¿Quién puede resistirse al suave tintineo de las bolas de petanca y, por supuesto, a la tradición de abrir la primera botella de rosado en el almuerzo?

Provenza en un vaso

Transmitir el encanto de la región a través del vino es clave para la misión de la Maison Saint Aix. La región y su denominación de origen, Coteaux d'Aix-en-Provence, se han ganado una especial reputación por la producción de rosados de calidad, que se han convertido en abanderados de un estilo seco, pálido y aromático. El orgullo local por este estilo es la razón por la que Maison Saint Aix lleva el nombre de la capital de la región, Aix-en-Provence.

Incluso dentro de esta soleada región, la Maison Saint Aix goza de una situación envidiable. Situada a 420 metros sobre el nivel del mar, lo que Kurver considera "ideal", y con suelos ricos en minerales, la finca se beneficia de días cálidos y soleados y noches frescas. Con 75 hectáreas de viñedo, la Maison Saint Aix es uno de los mayores dominios de la denominación Coteaux d'Aix-en-Provence. Sus viñas de garnacha de 60 años constituyen la espina dorsal del vino, mientras que las uvas Syrah y Cinsault completan el ensamblaje del rosado.

Desde que Kurver tomó las riendas en 2009, la bodega de 140 años se ha dedicado a producir un vino y una marca: AIX Rosé. La creación de la firma pretende ser una expresión premium del rosado de Provenza, liderada por el terroir de la finca y la fruta bien concentrada y recién acidulada.

El hecho de tener una sola cuvée significa que AIX Rosé es un vino versátil, hecho tanto para el lujo cotidiano como para las celebraciones. Sin embargo, como parte del estilo de vida de la Provenza, desenfadado, soleado y al aire libre, la idea de abrir la misma botella tanto en una reunión informal como en una ocasión especial tiene su atractivo. "La convivencia y la generosidad encarnan nuestro estilo de vida", explica Kurver. "Así es como queremos que se perciba AIX".

AIX Rosado

• Productor: Maison Saint Aix
• Variedades de uva: Garnacha, Syrah y Cinsault
• GRADO ALCOHÓLICO: 13%
• Cosecha: 2023
• Precio de venta al público aproximado: 20

Un rosado provenzal de precio medio de referencia, con su bonito aspecto de salmón escalfado y sus atractivos aromas de bayas rojas y melocotón, seguidos de notas de cereza blanca y fresa silvestre en el paladar, complementadas también con un toque de limón amargo y gota de pera. Seco y refrescante, pero con caracteres maduros en su núcleo, es un vino muy equilibrado, con un tacto suave, pero también con un toque persistente y picante que le hará salivar y seguir bebiendo. (Patrick Schmitt MW)