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Argentina supera al resto del mundo en acceso al agua, según el principal productor

Con el agua convirtiéndose en un bien cada vez más preciado en las regiones vinícolas, Estela Perinetti explica a Sarah Neish por qué la distribución de H2O en Argentina es "intocable".

Mientras países como España luchan contra la disponibilidad de agua y suplican a sus gobiernos que tomen medidas drásticas para paliar la sequía, un país sudamericano parece tener la respuesta.

El sistema por el que los agricultores argentinos pueden acceder al agua para el riego es tan hermético que "ni siquiera el Presidente puede decidir anularlo", explica Estela Perinetti al negocio de las bebidas.

Perinetti califica el sistema de distribución de agua en Argentina de "muy justo e independiente" y defiende el planteamiento del país, que asigna la misma cantidad de agua a los agricultores tanto si cultivan uvas de vino como frutas de mesa. "No depende de lo que se cultive, es lo mismo para todos", afirma.

Sin embargo, eso no quiere decir que no haya todavía margen de mejora, y Perinetti cree que ofrecer más préstamos a un tipo de interés bajo podría ayudar a los productores a sufragar el coste de instalar equipos de riego por goteo (en lugar de por inundación/superficie). Hay que ayudar a la gente que "quiere invertir en ahorrar agua", afirma.

La construcción de más embalses cooperativos también podría ser un paso más para ayudar a mantener a Argentina en el buen camino, afirma Perinetti.

"Actualmente hay algunos yacimientos comunes que pueden compartir varios productores, pero es necesario que haya más".

Activos naturales

La buena suerte de Argentina con el agua tiene tanto que ver con su topografía montañosa como con sus canales de distribución de agua artificiales y sus leyes.

Perinetti, cuyos vinos Las Estelas se distribuyen en el Reino Unido a través de Ucopia Wines, afirma que 2023 fue un año especialmente bueno para los productores argentinos en términos de suministro de agua debido al "enorme volumen de nieve", que propició una "muy buena recuperación del agua" y que varios lagos alcanzaran niveles récord.

Lo que ocurra en 2024 dependerá de la cantidad de nieve que reciba el país de aquí a septiembre, ya que "nuestro banco de agua depende de la nieve", añade.

"El año pasado cosechamos nieve hasta noviembre", explica Perinetti a db. La nieve derretida alimenta arroyos y ríos, que luego se desvían a través de presas a distintas propiedades agrícolas.

Las actuales normas de distribución del agua se establecieron en Argentina a finales del siglo XIX, y Perinetti reconoce que es una de las "más privilegiadas", ya que tiene derechos permanentes de agua para su finca de 9 acres (3,6 ha) en el Valle de Uco.

Cada año, paga el equivalente a unas 1.000 libras por esos derechos de agua, pero añade que los productores pagan "10 veces más" que esa suma si no tienen el agua canalizada directamente hasta su propiedad, lo que hace necesario el uso de un pozo, porque "tienen que pagar la energía para bombear el agua desde el pozo".

A pesar de pagar una suma anual por sus propios derechos de agua, Perinetti explica: "Sigue siendo agua pública. Si no la utilizara, no podría vendérsela a mi vecino".

Perinetti, una de las principales consultoras vitivinícolas de Mendoza, ha sido una figura pionera en el vino argentino durante más de 20 años, habiendo encabezado varios emprendimientos para Catena Zapata, incluyendo ser enóloga de Bodegas Caro. En 2019 se embarcó en su propio proyecto vitivinícola Las Estelas, "seis meses antes de que llegara Covid" y justo cuando Argentina se tambaleaba al borde de un abismo inflacionario.

A pesar de esta racha de mala suerte, estaba decidida a imponerse, admitiendo que "probablemente no iba a obtener beneficios al principio".

Al principio, "¡me hacía mis propias bombas!", dice.

Las primeras añadas de Las Estelas se elaboraron cuando Perinetti aún trabajaba para Catena, pero ahora ha alcanzado su punto álgido y la expectación por la cosecha de 2024 es máxima.

Describiendo 2024 como "un año bastante particular" para el Valle de Uco, Perinetti compara los últimos 12 meses con una montaña rusa, con el valle azotado por un viento seco que "hizo que el cuajado de la fruta fuera un poco débil", seguido de bajas temperaturas que impactaron en los rendimientos, aunque no en la calidad, especialmente para el Chardonnay.

Sin embargo, llegó el verano y el Valle de Uco experimentó "un tiempo perfecto, de ensueño", lo que permitió al equipo de Perinetti recoger despacio y con cuidado.

Dice que 2024 es un año destacado para su Cabernet Sauvignon, calificándolo de "maduro, elegante y construido, sin ser 'demasiado', y con buenos taninos".

"La fruta estaba limpia, perfecta, sin ninguna enfermedad".

Es probable que Perinetti se sienta especialmente satisfecha por la expresión de su Cabernet, ya que a pesar de ser la uva Malbec la que "puso a Argentina en el mapa", la señala como una de las variedades de uva que menos le entusiasman. El Malbec es "fácil de cultivar y fácil de producir", confiesa: "Me gustan los retos. Me gusta complicarme la vida".

 

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