La eliminación de la prohibición de líquidos en los aeropuertos se retrasa un año más

Se prevé que los aeropuertos londinenses de Gatwick, Heathrow y Manchester no cumplan el plazo del 1 de junio para instalar los escáneres necesarios que permitirían eliminar la restricción de 100 ml de líquido.

Es probable que los pasajeros de las aerolíneas se vean obligados a seguir respetando el límite de 100 ml de líquido en su equipaje de mano hasta junio de 2025, ya que los principales aeropuertos del Reino Unido no cumplen el plazo para instalar la tecnología vital.

Algunos aeropuertos han solicitado una prórroga de un año para incorporar el escáner de rayos X CT, aunque otros aeropuertos más pequeños, como Luton, London City y Teeside, han conseguido cumplir el plazo del 1 de junio.

Este último retraso es la segunda vez que se retrasa la transición, ya que el plazo original para instalar los escáneres estaba previsto para 2022. El Gobierno británico aprobó entonces una prórroga hasta junio de 2023, que es probable que tampoco cumplan los aeropuertos más grandes.

"Como ocurre con cualquier programa de esta complejidad, existen retos importantes, y nos alegramos de que el Gobierno los haya reconocido y aceptado ampliar los plazos de entrega cuando sea necesario", declaró Karen Dee, Directora Ejecutiva de la Asociación de Operadores Aeroportuarios.

Sin embargo, el Ministerio de Transportes ha anunciado que impondrá sanciones económicas a los aeropuertos que incumplan sistemáticamente los plazos.

Una de las razones citadas para el retraso es la necesidad de reforzar algunos suelos de los aeropuertos para que puedan soportar los pesados escáneres.

En julio del año pasado, db informó de que el aeropuerto de Edimburgo había recibido el nuevo equipo de escaneado y estaba procediendo a su instalación.

Una vez que la tecnología se extienda por todo el mundo, podría transformar el sector de la venta al por menor de productos de viaje, ya que más viajeros podrían transportar botellas a casa en su equipaje de mano, en lugar de tener que esconderlas en la bodega.

También puede ser una buena noticia para el enoturismo, ya que los veraneantes estarán más dispuestos a comprar una botella en la bodega de un productor si no tienen que buscarle sitio en la maleta.