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¿Cómo se están adaptando los viticultores para aprovechar al máximo las montañas?

La plantación en altitud lleva a las vides y a sus viticultores a situaciones extremas. Eloise Feilden analiza cómo los viticultores están adaptando sus prácticas para adaptarse mejor a su elevado entorno.

¿Cómo se están adaptando los viticultores para aprovechar al máximo las montañas?
Viñedos de los Alpes suizos vendimiados a mano por Domaine Jean-René Germanier

Las montañas son una constante, pero la forma de afrontarlas cambia constantemente.

Maxence Dulou, enólogo y director de finca de Ao Yun, el proyecto de vinos finos de LVMH en China, afirma que cada añada del vino chino se moldea en función de lo que se aprende en la bodega cada año.

En 2017, el equipo de Dulou empezó a ampliar el periodo de vendimia del Cabernet Sauvignon cultivado en los cuatro pueblos de montaña donde el productor tiene viñedos: Xidang, Sinong, Shuori y Adong. La vendimia comienza ahora a mediados de septiembre y se prolonga hasta finales de noviembre, todo ello para una sola variedad de uva.

"Aprendemos cada día e implementamos muchas cosas nuevas temporada tras temporada", dice Dulou. "Cada año vamos más lejos", pero perfeccionarlo "llevará décadas".

La región china de Yunnan experimenta veranos húmedos y otoños cálidos y secos, y Ao Yun adapta en consecuencia su gestión del agua en el viñedo. Las cepas se injertan a gran altura del suelo durante los meses de verano para reducir el riesgo de enfermedades pero, semanas antes de la vendimia, Dulou y su equipo reducen la altura de las copas entre 20 y 40 cm para ahorrar agua.

Dada la elevada exposición que suele acompañar a las pendientes pronunciadas, la madurez de la uva también supone un reto para los viticultores de altitud.

Para el productor argentino Achaval Ferrer, la gestión de los rendimientos se convierte en un "factor crucial para lograr una excelente madurez en el momento de la vendimia", afirma el enólogo Gustavo Rearte.

En Europa, el productor suizo Domaine Jean-René Germanier está abandonando el método de vendimia manual típico de la viticultura en pendientes pronunciadas para utilizar pequeños tractores oruga y drones con el fin de reducir los costes de producción, que suelen ser cuatro veces superiores a los de un viñedo totalmente mecanizado.

Por muy hábil que sea el viticultor, la uva tiene la última palabra en cuanto a su éxito. La bodega libanesa Ixsir está explorando cadenas montañosas por encima de los 1.800 m para ver cómo se comportan las uvas. El enólogo Gabriel Rivero dice que también está trabajando en la adaptación de otras variedades a mayor altitud: Viognier y Muscat para los blancos, y Cabernet Franc para los tintos. La bodega tiene previsto ver en los próximos años cómo se adaptan las vides a nuevos extremos.

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