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Los cerveceros caseros alemanes ya no pagan el impuesto sobre la cerveza

En Alemania, los cerveceros caseros ya no tendrán que declarar en aduana su producción anual ni pagar impuestos por las infusiones, aunque superen los 200 litros.

La decisión, que entró en vigor cuando el Gobierno de Olaf Scholz anunció recortes de la burocracia innecesaria, fue publicada en el Telegraph y pondrá fin a los impuestos para los cerveceros aficionados.

Hasta ahora, los cerveceros caseros tenían que declarar su producción anual en aduanas y estaban sujetos a impuestos si elaboraban más de 200 litros. Pero, según el Ministerio de Hacienda alemán, la recaudación de este impuesto, que se estima en 11.000 euros (9.400 libras), no justifica el esfuerzo administrativo, por lo que se suprimirá.

En el futuro, los informes señalan que los cerveceros caseros sólo tendrán que declarar su afición si embotellan 500 litros al año y, aunque la elaboración experimental de cerveza casera ha despegado en Alemania, se trata de una buena noticia para muchos de los que han estado incursionando en la producción de sus propias cervezas.

Según los informes, el número de cerveceros caseros en Alemania se ha triplicado en la última década y ahora hay unos 10.000 registrados en las aduanas alemanas.

La producción comercial de cerveza en Alemania, garantizada por la Reinheitsgebot, o norma de pureza de la cerveza, que limita los ingredientes de la cerveza al agua, la cebada, el lúpulo y la levadura, ha allanado el camino a su reputación de calidad y consistencia. Sin embargo, muchos cerveceros aficionados han lamentado que estas normas sean demasiado restrictivas y han dicho que preferirían experimentar con otros ingredientes.

Históricamente, el impuesto sobre la cerveza en Alemania ha sido una de las fuentes de ingresos estatales más antiguas del país y se dice que las tasas sobre la cerveza eran una importante fuente de ingresos para los feudos locales en la Edad Media.

Además, a finales del siglo XIX, Baviera insistió en conservar los ingresos procedentes del impuesto sobre la cerveza cuando fue subsumida en el imperio alemán y, tras perder su independencia, se dice que el estado del sudeste dependía de la tasa de la cerveza para alrededor de un tercio de sus ingresos.

En la actualidad, las fábricas de cerveza alemanas siguen pagando al Estado una media de 600 millones de euros en concepto de impuestos sobre su producción, aunque se dice que el total abonado ha disminuido en los últimos años debido principalmente a que los alemanes beben menos cerveza.

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