¿Podría ser el Malbec argentino la variedad de uva más diversa?

A punto de concluir el Mes del Malbec, db repasa cómo los Malbec argentinos son un fiel reflejo de la diversidad del terruño de la variedad.

El Malbec argentino es un buen ejemplo de cómo puede evolucionar una variedad vinícola, no sólo en cuanto a diversidad de estilos, sino también en cuanto al marketing progresivo que ha impulsado su reputación.

El Porvenir de Cafayate, una bodega familiar salteña que produce Malbec de primera calidad a gran altitud, cuenta a db la evolución del Malbec y cómo gran parte de su vinificación se centra en dejar que sean las uvas las que hablen.

Lucía Romero Marcuzzi, directora general de El Porvenir de Cafayate, afirma: "En el pasado, el énfasis principal en la vinificación del Malbec solía ser su envejecimiento en barricas de roble", pero admite que con el tiempo los vinicultores argentinos "han adquirido una comprensión más profunda del papel que desempeña el roble en este proceso" y ahora "reconocen la importancia de no enmascarar la esencia natural de la uva".

Andrés Rosberg, de Los Chacaye, repasa algunos de los cambios del Malbec y explica cómo "durante los años noventa, cuando Argentina empezaba a exportar sus vinos al mundo, la exuberancia e intensidad del Malbec lo convirtieron en la variedad estrella de Argentina. Unos años más tarde, cuando la gente empezó a gustar de vinos con menos alcohol y menos maquillaje, los productores argentinos empezaron a vendimiar en épocas más tempranas y a utilizar menos roble, y el Malbec volvió a adaptarse".

Según Rosberg, este cambio forma parte de la evolución del Malbec y "de hecho, nos estamos dando cuenta de que cuanto más se desnuda [el Malbec], más interesante se vuelve" y señala que "a medida que se hace más transparente al terroir y desarrolla más potencial de envejecimiento" tiene más "sentido del lugar". Es una variedad de uva increíblemente noble y versátil".

Rosberg observa cómo "el Malbec tiene una historia de adaptación fantástica" y "uno de los hechos más interesantes de su expansión en Argentina es que se produjo de forma natural: cuando el Malbec estaba produciendo algunos de los vinos más interesantes del momento". Y explica: "Fue la cepa que más se plantó, simplemente porque era la que mejor se adaptaba. En cierto modo, el Malbec adoptó a Argentina, y luego Argentina adoptó al Malbec".

Marcuzzi señala que "la evolución de la uva Malbec va de la mano de un conocimiento cada vez más profundo de las preferencias de los consumidores y del cuidado del entorno vitícola".

Además, Rosberg afirma que no debemos pasar por alto cómo las iniciativas sobre el Malbec han contribuido a dar a conocer la uva insignia de Argentina. Rosberg afirma: "El Día Mundial del Malbec (MWD) fue lanzado por Wines of Argentina en 2011. En aquel entonces consistía en unas pocas catas organizadas por WofA junto con una campaña de comunicación en las redes sociales y la prensa. Hoy en día, el MWD ha desarrollado una vida propia, con tantos eventos independientes en países incluso remotos para celebrar esta variedad que un día ya no es suficiente y ahora hablamos del mes del Malbec."

Marcuzzi está de acuerdo y añade: "El Mes del Malbec es una oportunidad única para impulsar las ventas de vino argentino y mejorar la reputación del Malbec en todo el mundo. Aunque el Malbec goza de una demanda constante durante todo el año, es innegable que durante este mes se produce un notable aumento de las ventas."

También haciéndose eco de este sentimiento, la Directora General de Casarena, Claudia Piedrahita, afirma: "Año tras año, trabajamos duro llevando a cabo diversas acciones, eventos y campañas de comunicación en muchos mercados, lo que nos aporta notoriedad y eleva el mensaje sobre los vinos argentinos". "

Pero es la propia diversidad del Malbec lo que está cobrando mayor importancia para traducirse ahora a un público global. Como destaca Carolina Pelayes, Directora General de Finca Bandini, "el Malbec es cada vez mejor en todos los procesos y estilos diferentes (natural, en barricas blandas, microfermentado, en foudres, clavers) para dar al Malbec perfiles diferentes para todos los gustos para todos los mercados. Y también en blends, para dar complejidad y elegancia".

Como atestigua Marcuzzi "la diversidad del Malbec es prácticamente infinita. En Argentina, el Malbec se vinifica de muchas maneras, desde vinos espumosos a vinos tranquilos. Hay versiones blancas del Malbec, una gran variedad de rosados y las clásicas versiones tintas, que pueden ir desde vinos secos a grandes vinos dulces de postre e incluso vinos fortificados".

Las diferencias en el paisaje vitícola son tremendas. Damián Escobar, de Wines San Juan, destaca cómo "San Juan tiene diferentes valles que van desde los 500 metros sobre el nivel del mar hasta los 2200 metros sobre el nivel del mar" y explica que en los "valles de altura hay muchas variedades de Malbec que se expresan de manera diferente, pero todas con una expresión frutal y natural muy singular, propia de cada región".

A modo de ejemplo, Rosario Langdon, directora de exportaciones de Casa Pirque, señala que "en Argentina, la Malbec ha demostrado ser increíblemente versátil, mostrándonos lo flexible que puede ser una uva" y cuenta a db que "Felipe Menéndez, [el] viticultor que dirige la Bodega Ribera del Cuarzo en la Patagonia, comparte a menudo una historia memorable".

Langdon dice: "Imagínatelo, catando a ciegas la primera botella de nuestro vino, procedente de un viñedo de cinco hectáreas enclavado en la base de una 'barda' -un acantilado patagónico único que sólo se encuentra en el Valle del Río Negro-, con colegas de Mendoza. Todos quedaron impresionados por el sabor, pero curiosamente nadie lo identificó como Malbec". En este caso, quiere demostrar que todos pensamos que el Malbec es una sola cosa, cuando en realidad es enormemente versátil.

recuerda Pelayes: "Depende del terruño, puede ser suave, puede ser dulce, puede ser muy concentrado, puede ser elegante, y al revés también, puede ser muy tánico. Depende principalmente del terruño (rocoso, arenoso, arcilloso, etc.) amplitud térmica, altura sobre el mar".

Una nueva investigación argentina ha permitido descifrar el genoma de la uva Malbec. Los hallazgos, basados en observaciones de la diversidad genómica, son la puerta de entrada para comprender mejor la versatilidad y el potencial de alta calidad de la uva Malbec. Además, corroboran el papel crucial que ha desempeñado Argentina en el éxito vitivinícola de esta variedad, así como la enorme diversidad de vinos que pueden obtenerse de ella. Los datos de la investigación ayudarán ahora a desarrollar cepas mucho mejor adaptadas al cambio climático. Pero, lo que es más prudente, también ilustra cómo Argentina está a la cabeza de la investigación científica y cómo, como nación que ya produce vinos de alta calidad, el calibre de lo que crea seguirá mejorando en el futuro.

La diversidad va mucho más allá de la elaboración del vino, ya que, como reitera Rosberg, el Malbec seguirá cambiando porque "cada vez son más los productores que elaboran distintas cuvées de diferentes subregiones, fincas e incluso parcelas dentro de estas fincas que están plantadas a sólo unos metros de distancia y demuestran hasta qué punto los diferentes terruños pueden influir en los vinos resultantes".

Además, observa que "por si fuera poco, hay que tener en cuenta que el Malbec lleva más de 170 años adaptándose a Argentina en viñedos que se encuentran a miles de kilómetros de distancia unos de otros... lo que da como resultado la mayor colección de selecciones genéticas de Malbec del mundo, la mayoría de las cuales son además prefiloxéricas".

Esto en sí mismo refleja una rica variedad de estilos. Como concluye Rosberg: "Si tomamos la genética, la topografía, la latitud, la altitud, el suelo, el clima, los estilos y toda la miríada de aspectos que conforman un vino, hay tantas singularidades en el Malbec que su diversidad es realmente infinita".