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Una "e-lengua" supera a los humanos en la detección de vino contaminado

Una "lengua" eléctrica ha conseguido superar a los sentidos humanos a la hora de detectar si un vino ha sido contaminado, según un estudio de la Universidad Estatal de Washington (WSU).

La investigación, publicada en el Journal of Food Science, de la e-lengua -que consiste en una serie de sondas sensoriales con forma de "filamentos"- fue capaz de identificar signos de microorganismos en el vino blanco a la semana de su contaminación.

Pero los humanos que participaron en el estudio sólo fueron capaces de identificar la contaminación cuatro semanas después de que el dispositivo eléctrico notara el cambio.

El robot también fue capaz de hacer la identificación antes de que se pudieran cultivar microbios del vino en una placa de Petri, lo que tradicionalmente utilizan los vinicultores junto con las pruebas humanas para encontrar defectos o deterioro del vino.

Cuando se introduce en el vino, los sensores de la e-lengua "catan" el producto y lo analizan para detectar la presencia de compuestos. Carolyn Ross, catedrática de Ciencia de los Alimentos y autora del estudio en la WSU, programó la herramienta para los enólogos, permitiéndoles hacer una "huella dactilar" del vino, y ofrecer una variedad de información que podría ser útil para el proceso de elaboración del vino.

Para este estudio, se añadieron a distintas botellas de Reisling cuatro microbios conocidos por contaminar el vino blanco, provocando su deterioro y el olor a quitaesmalte de uñas, geranio y "ratoncillo".

Se formó a un grupo de 13 voluntarios para que reconocieran una serie de atributos del vino mediante aromas positivos y negativos, incluidos los descritos anteriormente.

Según Ross, los enólogos podrían utilizar estos dispositivos para detectar y mitigar antes cualquier problema.

Dijo: "Si se analizara una muestra con la lengua electrónica, podríamos saber al cabo de una semana si hay contaminación o un problema de defectos en el vino, frente a esperar hasta cuatro semanas realizando sólo pruebas sensoriales.

"Es muy útil para entender la calidad del vino. Da buena información sobre la calidad holística de los vinos".

No obstante, Ross también subrayó que la mejor forma de utilizar esta herramienta es como complemento, no como sustituto, de las técnicas humanas y de placa de Petri que se emplean actualmente para juzgar la calidad del vino.

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