Accolade presenta una oferta para acabar con la escasez de uva

Accolade Wines pretende poner fin a la crisis de Riverland, en Australia Meridional, ofreciéndose a comprar los contratos de suministro de uva para frenar el exceso de oferta.

La empresa, que es la segunda firma vinícola del país, ha hecho la oferta a la cooperativa de viticultores CCW, formada por 530 socios.

La cooperativa suministra uvas tintas desde hace más de tres décadas en virtud de un largo contrato con Accolade. Pero la nueva oferta significaría que sólo tendría que comprar alrededor del 80% del volumen actual, es decir, unas 150.000 toneladas de uva.

La semana pasada se presentó a los viticultores una nueva propuesta de diez años, en virtud de la cual Accolade comprará los contratos de vino tinto de la CCW por 4.000 dólares australianos por hectárea a los viticultores que deseen abandonar el sector.

La cooperativa tomará una decisión sobre el nuevo contrato en una reunión que se celebrará el mes que viene.

Reunión

Se produce tras una reunión entre viticultores y Accolade a principios de año, en la que ésta reiteró que sólo estaba obligada a comprar uvas que cumplieran "requisitos comerciales razonables en cuanto a cantidad, variedad y calidad" en virtud de su contrato actual.

Además, también comunicó a los productores en febrero que "no acepta" que deba pagar la misma tarifa por aquellas uvas que superen el requisito comercial razonable de Accolade en cuanto a cantidad, y que ofrecería "precios (nominales) materialmente diferentes".

El director ejecutivo de Accolade, Robert Foye, afirmó que existe un desajuste entre la oferta y la demanda, y que "simplemente no es sostenible" seguir sin responder a la crisis actual.

La noticia llega cuando en Australia Meridional se ofrecían a los viticultores precios tan bajos como 120 dólares australianos la tonelada (62 libras esterlinas), a pesar de que los costes de producción eran más del doble de esa cantidad.

Salida digna

El grupo Riverland Wine organizó en febrero una asamblea de 900 viticultores a petición del Gobierno de Australia Meridional para conocer sus preocupaciones. En la reunión se puso de manifiesto que los viticultores querían algo más que una ayuda económica y una "salida digna" de la viticultura.

Dijo que los agricultores habían pedido no solo el alivio inmediato que era necesario, sino también "facilitar una transición fuera de una industria" que se había vuelto "insostenible".

Los viticultores de Riverland incluso habían tomado la ciudad de Renmark también con sus vehículos agrícolas para expresar su preocupación por el futuro de la industria vitivinícola de la región.

La protesta fue organizada por Sava Giahgias, viticultor de tercera generación, a quien le preocupa que el cultivo de la uva sea cada vez más insostenible y pueda provocar un "colapso" de la viticultura, y de los medios de vida que dependen de ella: "Esto es lo que me gusta hacer y quiero seguir haciéndolo, pero a estos precios no podemos seguir haciéndolo".

"Riverland se va a hundir si no se hace esto", argumentó Giahgias a ABC News. "Los agricultores somos Riverland. Somos el tazón de comida".

Moratoria

El mes pasado, los viticultores de Riverland pidieron una moratoria en la plantación de vides para frenar el exceso de oferta de uvas, como una de las posibles soluciones a la crisis de sobreproducción, que ha provocado un bajo nivel de precios de la uva. En algunos casos, incluso se ha llegado a niveles de pago vistos por última vez en la década de 1970.

Aunque otras zonas productoras de vino del país también se han visto afectadas por un exceso de oferta, la zona de Riverland, en el sur de Australia, ha sido la más afectada, después de años de advertencias sobre la posibilidad de sobreproducción por parte de los viticultores.

El ex líder de la industria del vino, Paul Clancy, dijo a ABC News que había estado al tanto del exceso de oferta desde 2004, y que los productores habían pensado que el "interminable auge de las exportaciones y el mercado interno durarían". Pero dijo que "nada dura para siempre".